César González-Ruano, una vindicación inaceptable

Fecha
Domingo, 15 de junio de 2025
Autor
Rafael Manuel Cansinos Galán

Una de las características que tiene el fenómeno de recuperación de César González-Ruano en 2025 es que sus publicistas, desde medios de extrema derecha, evitan como al diablo la palabra "judío". Hagan ustedes la prueba: acoten la búsqueda de artículos periodísticos a 2025, año en el que la editorial Renacimiento, al husmo del negocio, ha decidido poner en circulación una Biblioteca González-Ruano; y cierren la búsqueda a 31 de junio de 2025, cuando escribo esto: ¡ni uno solo de los participantes en esa ignominia escribe la palabra "judío" en sus alharacas publicitarias! Los detalles paralelos de la actualidad son relevantes, por lo que no olviden ajustar también su sincronía mental a un tiempo en el que desde esos medios se aplaude sin rubor la limpieza étnica que está llevando a cabo el gobierno de Netanyahu en los territorios palestinos.

Estamos una vez más ante un nuevo episodio, anecdótico, pero significativo, de la historia de Israel en Sefarad y del mapa mental contradictorio que mueve a algunos de nuestros intelectuales, tertulianos y publicistas de medios. Hemos pasado de un último tercio del siglo XX y primera década del XXI marcado por la judeofobia tradicional de la derecha, herencia lógica del franquismo, a que esta misma derecha y sus ultras más extremos hayan sido aceptados por el Ministerio de la Diáspora israelí como portavoces legítimos y autorizados del ideario israelí y grandes defensores del papel del Estado sionista como avanzada de Occidente en Oriente Próximo. Todo ello frente a una izquierda desorientada que critica lo que a estas alturas es ya una clara limpieza étnica en Cisjordania y un genocidio en Gaza. Lo que le preocupa al hasbarismo no es que describan el procedimiento -aceptado por la derechas- sino que lo critiquen, lo que les convierte en antisemitas furibundos.

¡Claro! En esta recuperación ruanesca hay que desvincular cuidadosamente el sitagma "González-Ruano" de vocablos con los que puede establecer una concordancia perfecta como "judío" y "judaísmo", "antisemita" y "antisemitismo", "nazi" y "nazismo", etcétera. No puede haber proximidad o que se mezclen esos términos en una nube de palabras que revelaría evidencias. Noticias y artículos vecinos sobre "la guerra justa de Israel" contra lo que llaman estos medios "Hamás" (todos los palestinos), no puede aparecer mezclando resultados con la exaltación del un nazi antisemita que fue Ruano, quien, según indicios insoslayables, esquilmó a judíos durante la II Guerra Mundial y llevó su actividad criminal, también según algunos testimonios que veremos más adelante, a entregar a familias judías que acabaron sus días en los pasos ilegales de frontera española con Francia o en los campos de exterminio.

Rita Haiworth censurada

6 meses con los nazis de César González-Ruano, obra en la que recoge algunas de las crónicas que escribió en Alemania. El libro vio la luz en octubre de 1933 y contó con la subvención del Ministerio de Propaganda nazi a través de la Embajada alemana en Madrid. En él no escatima elogios hacia el nacionalsocialismo y su impulsor Hitler “un hombre simple y genial”.

 

El argumento de que González-Ruano "es un gran escritor" y nos obliga a separar su vida personal de su obra literaria no tiene base, porque no es verdad. Él mismo fue honesto en este aspecto (¿lo fue en algo más?) y en varios momentos de su trayectoria le vemos plenamente sabedor de la inconsistencia de su labor literaria. No es falsa humildad. Como a otros autores de su generación, leerlo en nuestros días es un ejercicio que solo se justifica con alguna finalidad documental o acádemica. Tiene mucho oficio y miles de páginas y aquí y allí redacta algunos párrafos con cierta gracia dentro del género periodístico "ocurrente", ese que abrió con el siglo Gómez de la Serna, pasa por Umbral y que finaliza, ya en franca decancia, con Vicente Molina Foix o Manuel Vicent. 

Ruano, que fue desde que nació un majadero absoluto, no es Louis-Ferdinand Céline, en quien se resuelve ejemplarmente la diatriba sobre cómo separar vida y obra, y cualquier lector que se acerca a la misma tiene presente sus desaciertos, que no fue capaz de hacerse perdonar en la última etapa de su vida como médico de personas desfavorecidas. Y sobre Céline no pesa ninguna sospecha de actividad criminal, aunque fue condenado en Francia tras la Segunda Guerra Mundial por colaboración con el ocupante nazi y sus panfletos antisemitas son descritos por Serge Klarsfeld como "textos nocivos y talentosos de incitación al odio racial y a la exterminación de los judíos". Ruano, que no puede equipararse literariamente a Céline ni por asomo, no solo escribió y animó con sus textos el odio racial, es que pesan sobre el acusaciones muy graves de actuaciones que acabaron con la vida de judíos.

Dice Luis Antonio de Villena en su "Vindicación de González Ruano": "Francia ha perdonado a Céline, a Drieu la Rochelle y hasta a Brasillach, algo menor. ¿Y nosotros seguiremos haciendo encaje de bolillos con César González Ruano?" Es probable que esta barbaridad la diga en serio, a pesar de que él conoce muy bien lo que ya hemos contado de Céline, que Pierre Drieu La Rochelle colaboró en publicaciones de la Alemania nazi durante la ocupación de Francia (pero que también en marzo de 1943 rescató a su exmujer, la judía Colette Jéramec, del campo de concentración de Drancy). Y que sepamos, en Francia nadie en sus cabales vindica ni reivindica la memoria de Robert Brasillach, colaborador de los nazis, implicado también, aunque no de forma personal, en la delación de judíos y miembros de la Resistencia, que colaboró con la Alemania nazi como lo hizo Ruano y por ello fue sometido a un juicio por traición​ y fusilado el 6 de febrero de 1945 en el fuerte de Montrouge. Quizá, con la Francia que lo "ha perdonado" se refiera a Action Française y al Front National de Le Pen (ahora Rassemblement National) que ven en Brasillach un "mártir" de la causa nacionalista, ejecutado por lo que consideran una "justicia vengativa" de la posguerra. Bueno, ¡bien visto! por estos ultras, y quizá también lo pueden reivindicar en España, junto a Ruano, el partido VOX y sus adláteres falangistas, o medios como The Objetive, Periodista Digital o El Debate cuando se enteren de lo mucho que Brasillach apoyó el fascismo en España durante la Guerra Civil.

Qué pretenden estos vindicadores, ¿que situemos a Gonzalez-Ruano junto a Pío Baroja, Eugenio Montes o Jose María Pemán y entonemos un "pelillos a la mar"? Es decir, que los situemos junto a los que apoyaron con sus escritos el nazismo. ¡No tienen vergüenza!

[CONTINUARÁ...]

DOCUMENTOS [EN PREPARACIÓN]

1938/09/18: «La Raza», por César González-Ruano, en Felanitx, reproducido de ABC. Leer PDF

logotipo Fundación Cansinos

Rafael Manuel Cansinos Galán, nació en diciembre de 1958. Es hijo de Rafael Cansinos Assens y Rau Galán. Profesionalmente ha sido diseñador gráfico y editor. En 2010 fue el promotor de la Fundación Archivo Rafael Cansinos Assens, institución que dirige en la actualidad.